Tom Cruise ha vuelto a poner a prueba los límites del cine de acción en Misión Imposible: Sentencia Final. En una de las secuencias más arriesgadas de toda la saga, el intérprete de 62 años realizó 16 repeticiones para perfeccionar un salto en paracaídas mientras este ardía en llamas. La rigurosa preparación consistió en empapar el paracaídas con gasolina y coordinar la detonación aérea para que la escena luciera lo más verosímil posible.
Desde sus comienzos, Tom Cruise ha sido conocido por ejecutar él mismo sus maniobras, evitando emplear dobles de riesgo. A lo largo de su carrera, ha protagonizado momentos memorables que han puesto su vida en juego:
- Escalada de Roca (Misión Imposible 2, 2000). Sin arnés de seguridad, ascendió una formación rocosa en Utah.
- Salto entre Rascacielos (Misión Imposible: Fallout, 2018). Se lesionó el tobillo tras calcular mal la distancia.
- Sujeción a un Avión en Vuelo (Misión Imposible: Nación Secreta, 2015). Se aferró a un Airbus A400M en movimiento.
- Salto HALO (Misión Imposible: Repercusión, 2018). Fue el primer actor en hacer un salto HALO real desde 25,000 pies de altura.
- Vuelo en Jet de Combate (Top Gun: Maverick, 2021). Aprendió a pilotar una aeronave militar.
El nivel de compromiso de Cruise con la veracidad ha tenido consecuencias físicas. Durante la filmación de Misión Imposible: Fallout, sufrió una fractura de tobillo que atrasó la producción. También ha presentado costillas agrietadas y un desgarre en el hombro en otras entregas. No obstante, el actor continúa desafiando los estándares del género.
Misión Imposible: Sentencia Final ha sido un fenómeno en taquilla. En su primer fin de semana, acumuló 190 millones de dólares globalmente, convirtiéndose en el estreno más exitoso de toda la serie. Con un coste de 400 millones de dólares, los expertos calculan que deberá superar los 800 millones para alcanzar rentabilidad.
