Evidenció la tensión de la recta final de LaLiga, el Deportivo Alavés logró un meritorio empate 0-0 ante el Atlético de Madrid, neutralizando al conjunto rojiblanco
En un choque que evidenció la tensión de la recta final de LaLiga, el Deportivo Alavés logró un meritorio empate 0-0 ante el Atlético de Madrid, neutralizando al conjunto rojiblanco con una defensa firme y un planteamiento táctico sin fisuras. En un estadio Mendizorroza entregado, los dirigidos por Luis García Plaza ofrecieron una exhibición de orden y compromiso ante un Atlético que dominó en posesión, pero no en contundencia.
Desde el silbatazo inicial, el libreto quedó claro: los colchoneros, con el 65% de la posesión, intentaron imponer condiciones, moviendo el balón de lado a lado y acumulando 492 pases frente a los 269 del cuadro local. Sin embargo, la superioridad en el manejo del esférico no se tradujo en ocasiones claras. Apenas dos remates al arco resumen la falta de filo del conjunto de Diego Simeone, que volvió a tropezar en el mismo problema que lo ha aquejado a lo largo de la temporada: la falta de efectividad en los últimos metros.
Alavés, con un planteamiento reactivo, no se quedó de brazos cruzados. Pese a tener solo un tercio del balón, remató ocho veces al arco y por momentos inquietó a la zaga visitante. El equipo vasco se apoyó en su solidez defensiva y en la intensidad de sus líneas para resistir los embates rojiblancos, que cada vez chocaban con una muralla más compacta.
El encuentro también se jugó con los dientes apretados: 21 faltas y cinco tarjetas amarillas repartidas entre ambos equipos marcaron el tono de una batalla que se libró más en la zona táctica que en las áreas.
Con este empate, el Atlético deja escapar puntos valiosos en la carrera por asegurar puestos europeos, mientras que Alavés da un paso más hacia la permanencia, sumando un punto que refuerza su convicción y premia su disciplina.
Mendizorroza celebró el esfuerzo. El Atlético se marchó frustrado, víctima de su propia ineficacia.
